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Beneficios de Bailar

  • Stefy García
  • 5 dic 2015
  • 3 Min. de lectura

Ayuda a prevenir el Alzhéimer:

Marcarse un baile es mejor antídoto contra el envejecimiento cerebral que hacer crucigramas todos los días. A los “combates” caseros conocidos por todos, para, por ejemplo, retrasar todo lo posible el mal de Alzhéimer se une un remedio no tan mentado por los neurólogos pero que traen a la memoria psicólogos del deporte y de la actividad física: BAILAR.

Marcarse unos pasos de baile exige tomar una sucesión de decisiones múltiples con celeridad, lo que activa el cerebro y no lo hace de forma preestablecida.

Científicos de la Escuela Albert Einstein de Medicina, en Nueva York, probaron que danzar durante el tiempo libre aumenta la complejidad de la sinapsis neuronal, contribuye a reestructurar el cableado neuronal una y otra vez y potencia, con su improvisación, que el cerebro se mantenga en guardia.

Motiva, levanta el ánimo y es un ejercicio social:

Ernesto Camargo, conocido en el argot de la capoeria que impone sobrenombres a todos los maestros como “instructor Gato”, compila una retahíla de beneficios del baile que van mucho más allá. Hay alumnos que han entrado a mis clases con problema de dislexia y han llegado a coordinarse y mejorar su equilibrio enormemente con ellas”, corrobora. No en vano, hay diversos cotejó que bailar tango resultó ser mejor y más útil que otros ejercicios en orden a mejorar la capacidad de movimientos en pacientes de parkinson.

Bailar varias veces a la semana palia el riesgo de demencia en la tercera edad:

Eso es, en cifras, lo que recogieron el gerontólogo Joe Verghese y sus colegas de trabajo en la Albert Einstein de Medicina neoyorquina, quienes en su artículo publicado en la revista “New England 47% el riesgo de demencia en la ancianidad, bailar varias veces a la semana consigue minimizar ese peligro hasta en un 76%.

El baile además, es un centro de relaciones sociales, un deporte practicado en colectividad, exponen psicólogos especializados en esta rama, que reconforta la autoestima, combate la timidez y la soledad y reduce la tasa de depresión y la ansiedad. Canaliza la adrenalina y levanta el ánimo, por si fuese poco. En el baile social es preciso tomar muchas decisiones en centésimas de segundo, sin un patrón establecido como lo fuera montar en bicicleta, por lo que ha innovar movimientos con la pareja, reacciones instantáneas y a veces alambicadas para sobreponerse al compás que imprime la otra persona. La permanente improvisación que exige para reincorporarse al sentido del ritmo del resto de bailarines mantiene el cerebro plenamente activo.

Bailar nos diferencia de los robots, porque el sentido del ritmo y el movimiento coordinado activa nuestro cerebro:

Los beneficios para la salud y condiciones físicas del organismo son cuantiosos: fortalece los pulmones y el corazón, mejorando la circulación de la sangre por el organismo. De esta manera, la American Heart Association (AHA, de acuerdo con sus siglas en inglés) llega a “recetar” baile para prevenir enfermedades y sintomatología de dolencias cardíacas. Según esta asociación, hay que bailar con cierta regularidad, no abandonar este buen hábito, que mantiene altas la motivación y el entusiasmo, por lo que es mucho más ameno mantener la salud del corazón con este ejercicio aeróbico que con otros deportes más exigentes, considera.

Los Beneficios físicos del baile radican en que ayuda a controlar la presión arterial y previene la pérdida de masa ósea:

Arguyen también los especialistas que el baile ayuda a controlar la presión arterial, el nivel de azúcar en sangre, y los niveles de colesterol (porque eleva el índice de colesterol bueno); logra dar flexibilidad a la columna vertebral y mejora la postura corporal, lo que indefectiblemente va unido a la liberación de tensiones contracturales y evita la fatiga.

Como todo ejercicio, puede prevenir la pérdida de masa ósea, y disminuye a la larga la osteoporosis. Como citaba el propio instructor Gato, mejora las destrezas, habilidades, la flexibilidad, agilidad, coordinación, el nivel de energía, fortalece el sistema inmunológico y, tal y como señalan los psicólogos del deporte, libera endorfinas o la popularmente conocida como “hormona de la felicidad”, de modo que mientras uno se divierte y mueve el esqueleto, refuerza su vitalidad. La rigidez articular se evapora con unos bailes. Se trata en síntesis de la actividad que mayor sincronización requiere de todo nuestro organismo, cabeza y cuerpo, y de acuerdo con muchas Sociedades Médicas debería ser la alternativa o el complemento propicio al gimnasio, además de ser ingrediente más de la dieta y estilo de vida cardiosaludables.

El mejor consejo, así, para que tu salud reciba la vitamina que te está pidiendo es darle una dosis de baile, y “tomarla” por espacio de unos treinta minutos, tres veces a la semana. El resto marcha solo.


 
 
 

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